EVANGELIO
Cuando se acercaban a Jerusalén, por Betfagé y Betania, junto al monte de los Olivos, mandó a dos de sus discípulos, diciéndoles: “Id a la aldea de enfrente y, en cuanto entréis, encontraréis un pollino atado, que nadie ha montado todavía. Desatadlo y traedlo. Y si alguien os pregunta pro qué lo hacéis, contestadle: “El Señor lo necesita, y lo devolverá pronto”. Fueron y encontraron el pollino en la calle, atado a una puerta; y soltaron. Algunos de los presentes les preguntaron: “¿Qué hacéis desatando el pollino?” Ellos les contestaron como había dicho Jesús; y se lo permitieron.
Llevaron el pollino, le echaron encima los mantos, y Jesús se montó. Muchos alfombraron el camino con sus mantos, otros con ramas cortadas en el campo. Los que iban delante y detrás gritaban: ¡Hosanna!, bendito el que viene en nombre del Señor. ¡Hosanna en las alturas!”
Jesús entró en Jerusalén, en el templo, lo estuvo observando todo y, como era ya tarde, salió hacia Betania con los Doce.
Marcos 11, 1-11
COMENTARIO