¿BAJA CALIDAD?
Durante todo el siglo XX, la nueva generación siempre
fue más rica que la anterior, pero la racha terminó a la altura de los jóvenes
adultos de ahora. Jóvenes resentidos contra la precariedad de los empleos,
desengañados políticamente y necesitados, como nunca antes, de las consolas, la
Champions, el porno, la droga y el home-cinema. ¿Deplorable calidad? La
pregunta es del todo impertinente. A una baja calidad de trabajo correspondería
naturalmente una baja calidad de ocio, pero, por otra parte, hablar de calidad
en la cultura carece de sentido, puesto que la cultura es la cultura. La
cultura es lo que hay. Y siempre en detrimento de la etapa anterior.
Vicente Verdú,
Yo y tú, objetos de lujo,
Barcelona, 2011, p.27
Barcelona, 2011, p.27
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