martes, 17 de febrero de 2015

EL EVANGELIO DE HOY, 17 DE FEBRERO


EVANGELIO
En aquel tiempo, a los discípulos se les olvidó llevar pan, y no tenían mas que un pan en la barca.
Jesús les recomendó: «Tened cuidado con la levadura de los fariseos y con la de Herodes.»
Ellos comentaban: «Lo dice porque no tenemos pan.»
Dándose cuenta, les dijo Jesús: «¿Por qué comentáis que no tenéis pan? ¿No acabáis de entender? ¿Tan torpes sois? ¿Para qué os sirven los ojos si no veis, y los oídos si no oís? A ver, ¿cuántos cestos de sobras recogisteis cuando repartí cinco panes entre cinco mil? ¿Os acordáis?»
Ellos contestaron: «Doce.»
«¿Y cuántas canastas de sobras recogisteis cuando repartí siete entre cuatro mil?»
Le respondieron: «Siete.»
Él les dijo: «¿Y no acabáis de entender?»
Marcos   8, 14-21
COMENTARIO


“¿Y no acabáis de entender?”- dijo, al parecer,  JesúsComo en el fondo todos re-escribimos los evangelios un poco, aunque simplemente los leamos, permitidme que, haciendo exégesis ficción, me atreva a re-escribir esta frase porque quizás Jesús quiso decir lo siguiente: - ¿es qué acaso no os interesa entender?...


Porque claro, en el evangelio de hoy no se trata de los fariseos, como el caso de ayer, sino que los protagonistas son los propios discípulos; discípulos que estaban tan embobados con Jesús que incluso habían olvidado cubrir sus más elementales condiciones vitales: llevar algo para comer.

Pero esa circunstancia es el detonante de un mensaje expeditivo de Jesús. Y dicho mensaje nos pone sobre aviso de una “enfermedad” muy común que nos puede pasar a los que, al menos aparentemente, estamos todo el día “en “las cercanías” de los círculos Jesús. Bien podría ser esa enfermedad como algo parecido a la disonancia cognitiva.

Efectivamente, la disonancia cognitiva hace referencia a la tensión o desarmonía interna del sistema de ideas, creencias y emociones que percibe una persona al mantener al mismo tiempo dos pensamientos que están en conflicto. O dicho de otro modo para entendernos en Hellín: “no se puede estar “en el plato y en las tajás o “repicando y en la procesión”.

Ya aquella primitiva comunidad fue entendiendo que la apuesta de Jesús era muy dura y que, en ocasiones, habría que pactar con los diablos del momento sin querían “ser alguien” en la vida (la levadura de los fariseos). 

Supongo que tendrían dudas sobre si el “buenismo” de Jesús con los distantes y alejados y la “fiereza” con los de casa (sacerdotes, fariseos, escribas), al final era rentable. Y supongo que algún que otro discípulo “adelantado”, entendió a la perfección que lo mejor es un poquito de aquí y otro poquito de allá, ponerle una vela a dios y otra al diablo; por si acaso …

Y Jesús pensaría que no, que “o todo o nada” con Él. En el fondo Jesús empezó a descubrir que también sus discípulos más cercanos tenían sus “intereses inconfesables”; por eso, si ayer suspiraba ante los fariseos, hoy se desesperaba ante los suyos. En textos como los de hoy, entendemos cómo la cruz estuvo presente a lo largo y ancho de toda la vida de Jesús y no sólo en la subida al calvario.

Hoy seria un buen día para que nos preguntáramos las veces que “disuena nuestra experiencia de fe porque nuestra “religión” no es la misma “dentro que fuera” del templo, o según se trate de asuntos poéticos o prosaicos de la vida. Quizás los refranes han sabido transmitirnos por eso “tanto realismo” y hemos aprendido también en la iglesia que, en ocasiones, el pájaro en mano (la mirada a corto plazo) sea preferible a ciento volando (aunque al final se nos revuelvan, como en el foto-mensaje)

PD: Desde los puntitos ••• puedes acceder a un comentario del año 2012 un poquito más técnico en relación con el evangelio de hoy.

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