miércoles, 14 de enero de 2015

EL EVANGELIO DE HOY, 14 DE ENERO


EVANGELIO
En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar. Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar.
Simón y sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron: «Todo el mundo te busca.»
Él les respondió: «Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido.»
Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.
Marcos   1, 29-39
COMENTARIO


Ya hemos comentado este texto en varias ocasiones, bien en la versión de Marcos o en la de Lucas. Pulsando sobre los nombres anteriores de Marcos o de Lucas podéis ver los comentarios que hicimos. Por no repetirme y porque es un fragmento muy rico en matices, me voy a fijar esta mañana más que en el simbolismo de la fiebre, en el “movimiento final” de la escena que se nos narra.

“Todo el mundo te busca” –le dicen los discípulos a Jesús-; a lo que él contesta. “vámonos a otra parte”. Y Jesús sale de la escena. En otros momentos lo buscaban para “despeñarlo” o para “prenderlo” (y el se escabulle, lógicamente). Lo sorprendente es que ahora lo buscan porque “tiene éxito” y triunfa. Y la respuesta es, de nuevo, “escabullirse”.

Hay una expresión muy popularizada que proviene del mundo del teatro, “hacer mutis por el foro”; es decir ausentarte de la escena con disimulo para no aparecer más, hasta el punto de que la ausencia se convierte en motor de la escena. Pues a mi me da que esto es lo que hace Jesús en esta narración evangélica “un mutis por el foro” como Dios manda (nunca dicho en el mejor de los casos).

No saberte imprescindible, des-centrarte de tu “yo” porque el importante es el “tu” (o el Tu” –con mayúsculas-), no consentir liderazgos que endiosan y educar desde la ausencia para que sean los demás los que hablen con su presencia. En el fondo es “callar tu vida” para que la vida de todos sea posible. ¿Qué es sino el silencio? Me llama mucho la atención cómo, en ocasiones, hacemos un elogio del silencio pero sólo cuando nos conviene a nosotros estar callados o cuando conviene que los demás se callen. El silencio no se programa, es una actitud permanente capaz de fundar palabras convincentes.

Y en este sentido es muy bonita la magnífica reflexión de un “maestro espiritual” muy sugerente, Javier Melloni, quien sostiene que "el silencio comienza por ser una práctica y acaba convirtiéndose en un estado. Porque el silencio no es ausencia de ruido, sino ausencia de ego. Acallar el ego significa pasar de una perspectiva autocentrada y depredadora a una actitud receptiva y reverente ante la realidad. Este cambio de perspectiva opera como una espaciosidad que se abre entre nosotros permitiendo que se haga transparente la Presencia que todo lo sostiene".

Ese Silencio nos pone en contacto inmediato con lo que realmente somos. Por eso –quien lo experimenta, lo sabe-, es fuente de libertad interior, de compasión y de creatividad.

Por eso hoy puede ser un bonito día para comenzar a callar.



PD: Los hallazgos arqueológicos son algo más que unas ruinas, ellos nos permiten detectar la vida, e incluso su sentido. Parece documentada la existencia de la tal casa de la suegra de Pedro, tal y como podéis leer en el puntito de más abajo.
http://iglesiadepozohondo.blogspot.com.es/2014/11/espectaculo-espectadores-o-simplemente.html

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