San Nemesio, los Santos Darío y Secundino, y San Ciriaco.También Santa Fausta
Y destacamos de ellos a:
San Nemesio, una historia triste
La historia de Nemesio —se adapte o no en todos sus extremos a la bella y adornada narración que conocemos— es la de un hombre fiel y cabal que era uno más del pueblo. Se le estimaba entre los que más del pueblo por la conducta justa y sus costumbres sanas; en fin, apreciado por su bondad y conducta ética intachable.
Pero había envidiosos. Lo acusaron de cooperar con canallas que fueron perseguidos, presos y condenados a la pena de muerte. Pronto el juez pudo declarar absuelto a Nemesio.
Pero los enemigos de Nemeso le decían al juez: “Te ha engañado; es hábil, conoce todo tipo de engaños... ¿no sabes que es cristiano?”
Y al juez le tocaron la moral y el final te lo puedes imaginar
Ya lo decía el gran Séneca:
“ Si estás libre de enemigos porque a nadie hiciste injuria, no faltarán otros que lo sean por envidia”
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