“...En realidad, orar nunca ha sido para mi perder la lucidez o entrar en una lucidez floja o distendida, como he leído en algún sitio; orar es potenciar la lucidez que se tiene, mucha o poca ... nadie sale de la oración siendo quien no es, sino precisamente quien realmente es y en plenitud"”
P. D'Ors,
El olvido si, Valencia, 2007,
p.156
