ASUSTADOS
De repente se
dio cuenta de que unos cuantos hombres a caballo se dirigían hacia él.
Su mente
comenzó a trabajar. Pensó que podían ser asaltantes, que podían matarle. O que
podían ser soldados del rey y que podían llevárselo para que prestara el
servicio militar o cualquier otra cosa mala. Se asustó y cuando los hombres y
el ruido de sus caballos se acercaron, se puso a correr y entró a toda prisa en
un cementerio. Para esconderse se tumbó rapidamente en una fosa abierta.
Los jinetes –
que eran simples viajantes – se sorprendieron al ver a aquel hombre corriendo.
Siguieron Nasrudin y se acercaron a la tumba en que estaba. Él estaba allí con
los ojos cerrados como si estuviera muerto.
Los hombres
le dijeron:
- ¿Qué te sucede?
- ¿Por qué te has asustado tanto de repente?
- ¿Qué
pasa?
Entonces
Mulla Nasrudin se dio cuenta de que se había asustado a sí mismo sin motivo.
Abrió sus ojos
y dijo:
- Es algo muy complejo, muy complicado.
- Si insistís en preguntarme
porqué estoy aquí, os lo diré.
- Estoy aquí por vuestra culpa y vosotros estáis
aquí por la mía.