jueves, 13 de marzo de 2014

EL EVANGELIO DE HOY, JUEVES 1º DE CUARESMA





EVANGELIO
Jesús dijo a sus discípulos: «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿O hay acaso alguno entre vosotros que al hijo que le pide pan le dé una piedra; o si le pide un pez, le dé una serpiente? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan!
«Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas.
Mateo 7, 7-12

COMENTARIO
El texto juega con elementos opuestos. Frente a la bondad del pan se opone la dureza de las piedras. Frente al pescado se opone la serpiente... Los padres se alinean junto al pan y al pescado. Dios supera la bondad de estos elementos materiales y la del amor paterno.

La serpiente era un animal que tenía muy mala prensa. En la más remota antigüedad la serpiente era considerada como animal dañino que habita en lo profundo de la tierra, en las regiones subterráneas y telúricas... Serpiente fue el animal que tentó a Eva y Adán, acarreándoles la pérdida del Paraíso. Serpientes eran los animales que castigaron la infidelidad del pueblo de Israel en el desierto... La piedra simbolizó en multitud de ocasiones la dureza de corazón del pueblo de Dios, insensible a los reclamos de Yavhé.

Frente a piedras y serpientes aparecen dos elementos positivos: el pan y el pez. Para los primeros cristianos el pan y el pez era algo más que dos buenos alimentos. El pan era símbolo del alimento necesario para vivir. Ya en la antigua Babilonia tenía connotaciones espirituales y religiosas. Era frecuente ver ofrendas de pan sobre los altares da Marduk (dios babilonio). Sobre el suelo prehistórico de Israel se habían celebrado antiquísimos cultos relacionados con el pan y los cereales. La palabra Be- lén, deriva en sus orígenes más remotos de la palabra Bit-Lajama. (Casa de la Diosa Lájama). En las cuevas de Belén se han hallado rastros arqueológicos de antiguos cultos a la Diosa Lájama, divinidad de la vida, el cereal y el pan.

El pez era un alimento habitual en las poblaciones cercanas al mar de Galilea. Se consumía preferentemente en salazón o ahumado. Asado y sobre las brasas tan sólo lo consumían los pescadores cuando llegaban al amanecer de faenar. Los primeros cristianos utilizaron el símbolo del pez para representar a Cristo. Tiene un significado eucarístico, pues en el evangelio se habla de multiplicación de panes y también de peces.
En las más antiguas catacumbas romanas existen anagramas que representan a un pez (en griego: ixthys). Esta palabra griega se compone con las iniciales de las palabras que forman la frase griega «Jesús-Cristo, hijo de Dios, Salvador». La imagen de un pez resumía la fe de aquellos primeros cristianos.

El final del evangelio es desconcertante en la lógica del relato. Al final el “pedid y se os dará” consiste en que “todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas