© ONDA CERO. El Santoral de Genestal
Hoy celebran su onomástica quienes tengan por santo a:
San Sergio, San Evecio, San Modesto, San Etelberto, Santa Adela de Blois
Destacamos a:
San Sergio
San Sergio, mártir, de Cesarea de Capadocia († 304) Tuvo una cierta popularidad, gracias a un texto que así nos describe su martirio:
Durante las celebraciones anuales en honor del dios Júpiter, en la época del emperador Diocleciano, el gobernador de Armenia y Capadocia, Sapricio, cuando estaba en Cesarea, ordenó que fueran convocados ante el templo pagano todos los cristianos de la ciudad a rendir culto a Júpiter.
Entre la multitud compareció también Sergio, un anciano magistrado, que desde hacia tiempos había abandonado la toga para llevar vida eremítica. Su presencia produjo el efecto sorprendente de apagar los fuegos preparados para los sacrificios al dios Júpiter. También se cuenta que al entrar en la Iglesia, la estuta de Júpite se vini abajo y se hizo pedazos.
Inmediatamente se atribuyó la causa del extraño fenómeno a los cristianos que con su rechazo habían irritado al dios. Sergio se adelantó y explicó que la razón de la impotencia de los dioses paganos había que buscarla muy arriba, en la omnipotencia del verdadero y único Dios, que adoraban los cristianos.
Inmediatamente se atribuyó la causa del extraño fenómeno a los cristianos que con su rechazo habían irritado al dios. Sergio se adelantó y explicó que la razón de la impotencia de los dioses paganos había que buscarla muy arriba, en la omnipotencia del verdadero y único Dios, que adoraban los cristianos.
El gobernador Sapricio añadió: “tengo dos caminos, o covertirme al cristianismo porque ciertamente su Dios es el autentico o matar a Sergio. Es más rápido matar a Sergio y seguir en mi puesto de gobernador". Y así fue.
Los cristianos recogieron el cuerpo del mártir y lo enterraron en la casa de una piadosa mujer. De ahí fueron llevadas las reliquias a España, a la ciudad de Ubeda, en Andalucía. Y allí están
Esto de ser práctico en la vida tiene a veces un precio injusto. Ya lo dijo el filósofo Alfred Whitehead:
“El desvanecimiento de los ideales es triste prueba de la derrota del esfuerzo humano”
