martes, 3 de diciembre de 2013

MIÉRCOLES DE LA 1ª SEMANA DE ADVIENTO, 4 DE DICIEMBRE






EVANGELIO

Pasando junto al lago de Galilea Jesús vio a dos hermanos: a Simón al que llaman Pedro y a Andrés, que estaban echando una red en el lago, pues eran pescadores. Les dijo: -Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.
Inmdiatamente dejaron las redes y le siguieron. Pasando adelante vio a otros dos hermanos: A Santiago y a Juan, hijos del Zebedeo, que estaban en la barca repasando sus redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Mt 4,18-22
COMENTARIO

El evangelio de hoy narra la llamada de los primeros discípulos según la versión de Mateo.  El escenario del relato es la ribera del lago de Galilea, también llamado lago de Tiberíades o de Genesaret. Tiene 21 kilómetros de largo y 11 km. en su parte más ancha. La superficie del agua está a más de 200 metros bajo el nivel del mar Mediterráneo. El caudal del agua procede del río Jordán y de algunos manantiales que nacen en sus orillas. En sus riberas había abundante pesca, aunque escasa variedad de peces. Exisía una floreciente industria de salazón de pescados.

No resulta difícil imaginarse a Jesús paseando por este hermoso lugar y observando a los pescadores en sus faenas ordinarias. Aquí vio a dos hermanos (Simón y Andrés) y los invitó a seguirlo. La acción de Jesús comienza por la mirada y prosigue con la palabra.
Cuando el evangelio subraya las palabras «pesca» y «pescadores», no sólo está describiendo la realidad histórica en la que vivieron los primeros apóstoles, sino que está también recordando textos del profeta Ezequiel. Este profeta describe la nueva creación de Dios, como un gran caudal de agua pura, limpia y llena de multitud de peces que serán pescados por pescadores que echarán sus redes en esas aguas. (Ezequiel 47, 10-11).

Del apóstol Andrés se nos dice en el evangelio que era hermano de Pedro. Su nombre no es hebreo, sino griego, cosa habitual en Galilea, si tenemos en cuenta que en aquella región convivían ciudades de cultura judía con otras eminentemente griegas. Andrés es una persona en constante proceso de búsqueda. Comenzó siendo discípulo de Juan Bautista. Se entusiasmó con el proyecto de este profeta que enseñaba a cambiar la propia vida para cambiar la situación del pueblo de Israel. Siguiendo las orientaciones de Juan Bautista se acercó a Jesús y comenzó a seguirle.

El cristiano se siente llamado por Jesús para anunciar su salvación; una salvación que no sólo se dice de palabra, sino que se concreta en acciones diarias. El apóstol san Andrés hizo de mediador entre un grupo de cultura griega y Jesús de Nazareth. El creyente de hoy debe hacer esa mediación ante la diversidad cultural y generacional

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