EVANGELIO
Un día estaba Jesús
enseñando, y estaban sentados unos fariseos y maestros de la ley, venidos de
todas las aldeas de Galilea, Judea y Jerusalén. Y el poder del Señor lo
impulsaba a curar. Llegaron unos hombres que traían en una camilla a un
paralítico y trataban de introducirlo para colocarlo delante de él. No
encontrando por donde introducirlo, a causa del gentío, subieron a la azotea y,
separando las losetas, lo descolgaron con la camilla hasta el centro, delante
de Jesús.
Él, viendo la fe que
tenían, dijo: «Hombre, tus pecados están perdonados.»
Los escribas y los
fariseos se pusieron a pensar: «¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién
puede perdonar pecados más que Dios?»
Pero Jesús, leyendo
sus pensamientos, les replicó: «¿Qué pensáis en vuestro interior? ¿Qué es más
fácil: decir "tus pecados quedan perdonados", o decir "levántate
y anda"? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la
tierra para perdonar pecados... –dijo al paralítico–: A ti te lo digo, ponte en
pie, toma tu camilla y vete a tu casa.»
Él, levantándose al
punto, a la vista de ellos, tomó la camilla donde estaba tendido y se marchó a
su casa dando gloria a Dios.
Todos quedaron
asombrados, y daban gloria a Dios, diciendo llenos de temor: «Hoy hemos visto
cosas admirables.»
Lucas
5,17-26
COMENTARIO
Este relato se entiende cuando se tiene presente
la relación que en las antiguas culturas y Oriente se establecía entre enfermedad
y pecado. En la región más antiguo que se conoce, la religión de Mesopotamia,
se encuentran testimonios que impresionan: “si yo soy desgraciado es que he debido de pecar”. Porque en
realidad el pecado constituía la razón básica del sufrimiento .
Esta idea fue asumida por los israelitas y
deella han quedado testimonios en el Nuevo Testamento. El sufrimiento como
castigo divino por la mala conducta es una de los tópicos de las culturas de
religiones antiguas.
Pero esta idea hace daño a las personas
religiosas. Porque el que acepta esta relación entre sufrimiento y pecado, en
el fondo, es que tiene una idea terrible de Dios. Porque el que piensa así ve a
Dios como castigador vengativo, un dios al que tenemos que estar aplacando para
que no nos ocurran desgracias. ¿Quien puede aceptar a semejante Dios?
Por eso Jesús lo primero que le dice al paralítico
es que estaba perdonado, es decir, que no pensará más en el pecado como causa
de sus males.
Los fariseos y los teólogos se escandalizaron al
oír que Jesús rompía la relación entre pecado y sufrimiento, porque los hombres
de la religión necesitan tener firme esa relación. Así, utilizan el miedo (que
todos tenemos al sufrimiento), para tener a la gente sumisa a lo que manda la
religión. El pecado, y el poder sobre el pecado, es un instrumento de poder
sobre las conciencias, que los dirigentes religiosos manejan con habilidad en
provecho propio. Por eso Jesús desató todo este embrollo liberando al paralítico
de su limitaciones y de su mala conciencia. Por eso el rato termina diciendo que
la gente se alegro tanto de lo que había dicho y lo que había hecho Jesús.
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