EVANGELIO
En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y añadió: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.»
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
Y añadió: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.»
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
Marcos 6, 7-13
COMENTARIO
Jesús se pone en camino, a semejanza del antiguo pueblo
de Dios que inició un largo éxodo por el desierto. Ponerse en camino era todo
un riesgo, era vivir en la inseguridad, confiando sólo en Dios. Los senderos de
Palestina estaban llenos de bandidos que aguardaban el paso de las caravanas y
de los grupos de creyentes que peregrinaban a Jerusalén. Caminar a pie largas
jornadas exponía a los caminantes a las inclemencias del tiempo, las enfermedades
y las incomodidades de unas «posadas» consistentes en pórticos abiertos rodeando
a un pozo. Las posadas eran espacios libres compartidos al mismo tiempo por
personas, camellos, asnos y ganados...
Los «doce apóstoles» no representan un selecto y
encumbrado grupo. El número «doce» simboliza a la totalidad del pueblo de Dios.
Así como en el Antiguo Testamento las «doce tribus» eran expresión de la
totalidad del pueblo de Dios, así los doce apóstoles representan al nuevo
pueblo de Dios iniciado por Jesús. Su función no era tener privilegios sobre
los demás discípulos sino anunciar el evangelio.
Para esta misión debían llevar únicamente la buena nueva
y no cargarse de cosas que pudieran distraerlos. La ropa en exceso, las
comodidades de la casa, el dinero, podían distraerlos de su misión fundamental
que era anunciar la Buena Nueva. La Buena Noticia no era una cosa abstracta.
Todo lo contrario. Era una palabra de esperanza en medio de una situación muy
difícil. El hecho de que Jesús les envíe de «dos en dos» significa que el evangelio
hay que vivirlo en comunidad, en grupo. Así fue desde los inicios.
La buena noticia que deben anunciar no son «dogmas» o
«doctrinas», sino acciones salvadoras que transforman la realidad y ayudan a
vivir a los más sencillos. Jesús le dice a cada uno que lleve un bastón. El
bastón es el símbolo de los pastores de Israel. Los apóstoles deben convertirse
en «buenos pastores» que dan la vida por sus ovejas; líderes al estilo de Moisés,
que guió al pueblo; al estilo de David, que liberó al país... Pero no un bastón
de mando o un bastón para golpear a cualquiera que se atraviese en el camino.
El bastón tenía la única función de servir de apoyo en las largas caminatas
para buscar a la oveja perdida y conducirla a lugares seguros, lejos del
peligro del lobo.
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