viernes, 2 de marzo de 2012

SÓLO 1 MINUTO, 2 DE MARZO

SABER RECIBIR





Un discípulo llegó a lomos de su camello ante la tienda de su maestro sufí.

Desmontó, entró en la tienda, hizo una profunda reverencia y dijo:
- Tengo tan gran confianza en Dios que he dejado suelto a mi camello ahí afuera.
- Estoy convencido de que Dios protege los intereses de los que le aman.
- ¡Pues sal fuera y ata tu camello estúpido! – le dijo el maestro.
- Dios no puede ocuparse de hacer en tu lugar lo que eres perfectamente capaz de hacer por ti mismo.

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