EL VALOR DEL EJEMPLO
Ella le
suplicó:
- Se lo
ruego, Mahatma, dígale a mi hijo que no coma más azúcar.
- Es diabético y
arriesga su vida haciéndolo.
- A mí ya no me hace caso y sufro por él.
Gandhi reflexionó
y dijo:
- Lo
siento señora.
- Ahora no puedo hacerlo.
- Traiga a su hijo dentro de quince
días.
Sorprendido
la mujer le dio las gracias y le prometió que haría lo que le había pedido.
Quince días después, volvió con su hijo. Ghandi miró al muchacho a los ojos
creando una gran conexión y le dijo:
- Chico,
deje de comer azúcar.
Agradecida,
pero extrañada, la madre preguntó:
- ¿Por qué
me pidió que lo trajera dos semanas después?
- Podía haberle dicho lo mismo la
primera vez que vino.
Gandhi
respondió:
- Hace
quince días, yo comía azúcar.
"Predicar con el ejemplo ante nuestros hijos"
ResponderEliminarExisten muchos modos de decirles a nuestros hijos lo que deben o no deben hacer,pero,sin duda,ninguno como poner en práctica aquello que se predica.
Es un proceso a largo plazo,porque los niños necesitan tiempo para comprender y asimilar cada una de nuestras actuaciones.
Los niños,nos observan constantemente y "toman nota".
No está de más de vez en cuando reflexionar sobre nuestras reacciones y modo de afrontar los problemas.
Los niños imitan los comportamientos de sus mayores,por eso delante de ellos hay que cuidar lo que se dice y cómo se dice.