lunes, 6 de febrero de 2012

EL EVANGELIO DEL 6 DE FEBRERO

LUNES



EVANGELIO
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos, terminada la travesía, tocaron tierra en Genesaret y atracaron. Apenas desembarcados, algunos lo reconocieron y se pusieron a recorrer toda la comarca; cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaban los enfermos en camillas. En la aldea o pueblo o caserío donde llegaba, colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejase tocar al menos el borde de su manto; y los que lo tocaban se ponían sanos.
Marcos 6, 53-56
COMENTARIO
El lago de Genesaret (o Mar de Galilea) está rodeado de montañas que se elevan unos 300 metros sobre la superficie del agua. Entre el agua y las escarpadas montañas existe una franja de tierra fértil de varios kilómetros de extensión en la que cultivan nogales, manzanos, palmeras, higueras, olivos, e incluso vid. Fue en esta estrecha franja de tierra en la que Jesús de Nazareth realizó sus principales predicaciones y donde acudieron a él personas de toda índole y condición social. La ciudad de Genesaret se hallaba a cerca de la ciudad de Cafarnaún. A ella se accedía fácilmente mediante sencilla navegación costera. Entre sus ruinas se ha hallado un acueducto romano de dos kilómetros, cuya misión era llevar el agua que fluía de las siete fuentes existentes en Tabgha. 

El Evangelio de hoy sitúa la acción de Jesús entorno a la población ribereña de Genesaret. Esta ciudad recibe tal nombre por su cercanía al Lago de Genesaret, (al que también se denomina como Mar de Galilea o Lago de Tiberíades) El nombre de Genesaret (o Quineret), provienen del vocablo hebreo «kinnor», nombre con el que se designa al instrumento musical llamado «lira». El perfil geográfico del lago se asemeja al de una lira. El pasaje que hoy leemos es un “sumario” de las acciones que Jesús realiza en esta franja de tierra fértil. La más destacada, la curación de los enfermos que acudían en masa para «tocar» a Jesús. 

El evangelio de hoy presenta la exclusión y marginación en la que se hallaban los pobres del tiempo de Jesús. Jesús visita se encuentra con un importante sector de la clase marginal: Los enfermos. Quiénes padecían determinadas enfermedades físicas, vivían excluidos por el sistema legal de los fariseos que intentaba eliminarlos espiritualmente. Con estas curaciones el evangelista Marcos nos muestra el efecto más notable del anuncio del Reino de Dios: El amor gratuito de Dios hacia las personas. Este amor no puede ser comprado, ni exigido, ni es respuesta a los méritos acumulados. Esta idea contrastaba con la visión de los fariseos, quienes creían que con buenas obras se compraba la salvación de Yahvé. Jesús cura y cura a los enfermos sin dar ninguna enseñanza, sin pedir nada a cambio, sin hacer reflexiones... Y así comprendieron aquellas gentes que el mensaje de Jesús no era tan sólo una nueva filosofía o doctrina, sino una acción que mejoraba su triste situación de forma real y concreta. 
El cristiano, si realmente quiere ser creíble por la actual generación, -harta de palabras vacías y promesas huecas-, deberá comenzar por realizar las acciones que dan vida y son experiencia positiva. 

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