lunes, 17 de marzo de 2025

EVANGELIO DEL LUNES 17 DE MARZO. SEMANA 2ª DE CUARESMA

 



EVANGELIO
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante. La medida que uséis, la usarán con vosotros."
Lucas 6, 36-38

domingo, 16 de marzo de 2025

EVANGELIO DEL DOMINGO 16 DE MARZO. SEMANA 2ª DE CUARESMA



EVANGELIO
En aquel tiempo Jesús cogió a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto de la montaña, para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió, sus vestidos brillaban de blancos. 
De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que apareciendo con gloria, hablaban de su muerte, que iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño; y, espabilándose, vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras estos se alejaban, dijo Pedro a Jesús: “Maestro, qué bien se está aquí. Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. No sabía lo que decía.
Todavía estaba hablando, cuando llegó una nube que los cubrió. Se asustaron al entrar en la nube. Una voz desde la nube decía: “Este es mi Hijo, el escogido, escuchadle”. Cuando sonó la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio, y, por el momento, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.
Lucas  9, 28-36

viernes, 14 de marzo de 2025

EVANGELIO DEL VIERNES 14 DE MARZO. SEMANA 1 DEL TIEMPO ORDINARIO

 



EVANGELIO
“En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: No matarás, y el que mate será procesado. Pero yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano imbécil, tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama renegado, merece la condena del fuego. Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto”.

Mateo   5, 20-26
COMENTARIO

Ser un hombre y una mujer orante es “ser honrado” ya en tu interior. Orar es vencer la tensión de tus odios. Orar es vivir con el gozo de saber que la virtud no está sólo en no pelearte públicamente con nadie, sino en levantarte cada mañana con  la profunda alegría de ver al “otro” como un hermano. 

Orar, más  que “genuflexarte”  hasta hincar la rodilla en tierra es sobre todo mirar de frente con el que te tropiezas y reconocer tu error. 

Generalmente, de todas estas actitudes sólo se entera uno mismo, y a lo sumo “tus cercanías”. Por eso, al orante, no se le conoce a lo lejos, sino de cerca, en el trato corto y cotidiano.